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48      EXPOSICIÓN ESCRITA Y ORAL


                 TALLER DE REDACCIÓN






        ¿Cómo adaptar mi manera de escribir al objetivo y tema del texto?


        Para que un texto transmita de manera efectiva su mensaje, debemos tener muy clara su
        finalidad, considerar quién será su receptor, inferir el contexto en el que será leído, y, con base
        en lo anterior, planear su extensión y estructura.

        La finalidad

        Un texto claro debe tener una finalidad bien definida porque esto determinará tanto la función
        como el nivel del lenguaje que predominarán en él. Tener presente la finalidad del texto durante
        su redacción evitará confusiones en sus futuros lectores.


        Pongamos como ejemplo una noticia publicada en un periódico. Su objetivo es informar a un
        público muy grande y diverso sobre un hecho de manera objetiva, por lo cual la función del
        lenguaje que predominará será la referencial y el nivel de lenguaje será estándar. Imagina lo
        confundidos que estaríamos si la noticia estuviera llena de metáforas, como si se tratara de un
        poema, o si no tuviera ni puntos ni comas.


        Emisor y receptor

        El lenguaje que utilices en tu texto debe adaptarse al público al que esté dirigido. Por ejemplo, si se
        trata de personas de tu localidad, podrías utilizar regionalismos, pero, si le quieres transmitir tu
        mensaje a cualquier hispanohablante, deberías utilizar palabras que se entiendan en cualquier
        lugar en el que se hable español. Si eres experto en un tema y quieres comunicarte con otros
        especialistas, puedes utilizar términos propios de esa área de conocimiento. Asimismo, si tu
        texto está dirigido a una autoridad, debes utilizar un lenguaje respetuoso y formal.

        Situación espacio-temporal o contexto

        Para adaptar tu texto a la situación espacio-temporal en la que será leído, debes considerar las
        fórmulas sociales que dictaminan el tono que debe ser usado en cada contexto. Por ejemplo,
        para referir un tema serio, como la muerte o enfermedad de alguien, se utiliza un tono solemne.
        Por otro lado, cuando el tema del texto es una anécdota divertida, se puede usar un tono jocoso
        y coloquial.

        Extensión y estructura

        Tanto la extensión como la estructura varían según el tipo de texto. En cuanto a la extensión,
        lo más importante en cualquier caso —excepto en los textos literarios— es ser concisos y no
        introducir más ideas secundarias de las necesarias para que el lector pueda identificar de manera
        clara el tema y las ideas principales. En cuanto a la estructura, se puede decir que muchos de
        los textos ya tienen un modelo predeterminado que los lectores esperan encontrar. Por ejemplo,
        en un artículo científico, se desarrolla primero una hipótesis o teoría, y luego se presentan los
        resultados de su aplicación. De un texto literario narrativo, se espera que contenga tres partes:
        planteamiento, nudo y desenlace.
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